Entrevista del semanario Voces a Edith Moraes
La subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura fue entrevistada por el semanario Voces y habló sobre sus inicios y los desafíos que deben afrontar los docentes hoy en día.
Maestra, ¿ejerciste muchos años?
-Toda mi vida. Me recibí en el Instituto Normal de Artigas, porque nací en Bella Unión y fui primero maestra rural en mi pueblo. Luego vine para el sur en 1972 y estuve en una escuela en El Pinar y en otras en San José y en Pando. Luego fui directora e inspectora en Canelones, en Florida y Montevideo. Llegue a Inspectora Nacional y en el 2005 pase a ocupar el cargo de Directora General del Consejo de Primaria que luego cambió con la nueva ley a Educación Inicial.
¿Cambió mucho la escuela?
-Hubo cambios muy importantes en esa administración, se completó la universalización de cinco años que había comenzado con Rama, y se hizo la universalización de cuatro. Se puso la obligatoriedad de Educación Física en Primaria para todas las escuelas urbanas del país. Y también se creó la función de maestro comunitario que fue fundamental porque en aquel año el índice de pobreza era muy alto. Casi el cincuenta por ciento de los niños estaba por debajo de la línea de pobreza. Y el maestro comunitario trabaja con el niño y su familia en la comunidad. Del punto de vista pedagógico es muy bueno porque la escuela se abre y se adapta a la realidad.
¿Fue difícil de implementar?
-La función de maestro comunitario fue muy discutida porque generalmente en materia de pedagogía en el magisterio se va de un extremo al otro y había un gran riesgo que era dejar de ser docente y dejar la función educativa para pasar a funciones asistencia-les. El maestro debe cuidarse para no salir de su rol. Porque si lo hace ese lugar queda vacío.
¿Es más difícil ser maestro ahora?
-Yo creo que sí. Cuando yo me recibí la formación de los maestros nos daba la capacidad de trabajar con las realidades que vivíamos. Hoy esas realidades han cambiado y los niños y las familias son distintos. Lo que el niño escuchaba en su casa sobre cómo comportarse o lo que tenía que aprender era lo mismo que escuchaba en la escuela. Ambos espacios coincidían en lo que esperaban de la educación de ese niño. Ahora la escuela entiende que el niño debe saber determinadas cosas y la familia entiende que deben ser otras. Hay una brecha que fue agrandándose entre escuela y familia que torna más compleja la tarea del maestro. La familia cambio muchísimo más rápido que la escuela. No solo en la organización sino también en los hábitos. Y no hay un modelo de familia, hay muchas familias diferentes. También hay otras cosas que siguen igual.
¿Cuáles?
-A los niños les encanta aprender. A los adolescentes más o menos pero los niños son ávidos, todo quieren saber. Eso no cambió.
¿Podemos darle lo que requieren?
-No solo podemos, debemos. Otra cosa que cambió es el lugar de la información. Antes el maestro era fuente de información y tenía autoridad porque se suponía que sabíamos todo. En esta segunda mitad del siglo el conocimiento vino avanzando a gran velocidad y ahora el docente no es la fuente de la información.
¿Cambio la función del maestro?
-Hoy tiene que enseñar a los niños y adolescentes a buscar información, a seleccionar la información y a validarla. Hoy los niños tienen acceso a información que antes no era posible, el último descubrimiento de la ciencia está disponible para todos en Internet. Ellos tienen que desarrollar la capacidad de manejar criterios porque la información no siempre es buena y puede ser perniciosa. Es como que los dejemos caminar por una carretera muy peligrosa sin enseñarle a caminar por ella. Entonces uno no puede usar los mismos criterios pedagógicos que antes porque tenemos otros niños, otras familias y otros tiempos en lo que tiene que ver con el conocimiento. La información no es conocimiento, el niño tiene que usarla para transformarla en conocimiento.
Hay determinadas cosas que la escuela debe afirmar. Tiene que seguir poniendo el énfasis en enseñar a leer, escribir y calculo o nociones de numeración. Estas tres son herramientas fundamentales para seguir aprendiendo, si no las tiene fracasa. Y la cuarta cosa es la de relacionarse con el conocimiento. Si aprende eso tiene las herramientas más potentes para autónomamente desempeñarse socialmente en este mundo. El conocimiento va a cambiar pero él sabe cómo relacionarse con el conocimiento. El enciclopedismo ya fue.
¿La escuela pública sigue siendo un referente?
-Totalmente, no hay familia o niño que no haya transcurrido parte importante de su vida en una escuela. Esa es de las cosas mas lindas de Uruguay. Por eso yo digo que hay que tener cuidado cuando se le pega inconscientemente al valor que representa la educación pública. Puede ser nefasto. Esto llevó cien años construirlo.
¿Cómo te sentís en el cargo de subsecretaría?
-Me siento bien y es muy distinto a los cargos que desempeñé en la ANEP. Lo más nuevo es que pertenezco al Poder Ejecutivo y siento una responsabilidad terrible. Porque cuando estaba en la ANEP estaba separada de la política, es más, tenemos prohibido hacer política.
Fuente: Semanario Voces