Destacados
El presente año se cumple un siglo de que Pedro Figari asumiera la dirección de la Escuela Nacional de Artes y Oficios (1915-1917). Tal acontecimiento, ha sido el hilo conductor de una serie de actividades que el museo viene llevando a cabo en el corriente año.
El martes 15 de setiembre a las 19 hs inaugura la exposición central relativa a este acontecimiento histórico.
Conjuntamente se presentarán dos intervenciones artísticas seleccionadas en la convocatoria "Intemperie 2015", que tuvo como leitmotiv, precisamente, la reflexión sobre esta etapa de la aventura intelectual de Figari.
La figura de Pedro Figari (Montevideo, 1861-1938), tan compleja y vasta en derroteros de vida y de conocimiento, viene adquiriendo en las últimas décadas una consideración singular en virtud de la vigencia de sus ideas filosóficas y educativas -ya no sólo en lo atinente a su quehacer artístico-, que permiten la más cabal apreciación de su legado.
Al cumplirse un siglo de su actuación como director de la Escuela Nacional de Artes y Oficios (ENAO), el Museo Figari, con la valiosa colaboración de instituciones publicas y privadas, se propone revisar algunos aspectos clave de la reforma educativa por él impulsada.
En un breve período, de agosto de 1915 a mayo de 1917, Figari crea nuevos talleres y amplía los planes formativos de dicha institución, al tiempo que introduce innovaciones en los criterios de producción llevando a la práctica el ideario estético anticipado en su célebre ensayo filosófico Arte, Estética, Ideal, de 1912. La búsqueda de una lógica regionalista e integradora de la enseñanza industrial lo conducirá al empleo de tecnología y materia prima local. También buscará referentes iconográficos en fuentes prehispánicas y en el estudio directo de la flora y la fauna autóctonas. Pero las modificaciones más profundas de su mandato, que hacen de éste un caso pionero para las vinculaciones entre arte, educación e industria, se centran en la dignificación del obrero-artesano y en la valorización de su conocimiento e inventiva como eje central de la producción.
La desaprobación del plan de reformas pondrá fin a la empresa pedagógica de Figari para dar comienzo a aquella que a la postre lo tornará célebre: su aventura pictórica. Y aunque Figari vive la desaprobación de su plan educativo como un fracaso político que lo obliga a alejarse de toda actividad pública y en poco tiempo a buscar nuevos horizontes para su arte, sentará un precedente que ha sido valorado con el paso de los años como uno de los emprendimientos más audaces en materia de reforma educativa: “En Uruguay, lo que es Varela a la enseñanza primaria y Vázquez Acevedo a la secundaria y universitaria, lo es Figari en la artístico industrial: un reformador con mucho de fundador”, sostuvo Arturo Ardao en el prólogo a la compilación de sus textos educativos.
Preparación de muestra en la Escuela de Artes y Oficios. Hacia 1917
Con la exhibición de numerosos dibujos y estudios realizados por Pedro Figari, su hijo y colaborador Juan Carlos –a la sazón flamante arquitecto– y alumnos de ENAO, en esta exposición, El obrero artesano. La reforma de Figari de la enseñanza industrial, se detallan los procedimientos educativos en materia de diseño de mobiliarios y utensilios de uso doméstico. Se repasa, asimismo, las resultantes del viaje que realizara con el fin de estudiar los motivos precolombinos junto con otros profesores y alumnos al Museo Etnográfico de Buenos Aires y al Museo de Historia Natural de La Plata, Argentina, en 1916. Además, se exhiben piezas de época realizadas por los alumnos –cerámicas, macetones, plafones, bancos–, junto con reveladores documentos fotográficos y epistolares. Finalmente, se analiza la incidencia de la ENAO en la decoración efectuada por Milo Beretta en la casa del filósofo Carlos Vaz Ferreira, que se conserva en la actualidad como museo de sitio.
¿En la búsqueda de criterios autónomos y americanistas logró Figari consolidar un "estilo" en las llamadas artes industriales? ¿Perdura alguna de sus premisas educativas en los actuales centros de formación ? ¿Existen elementos suficientes -tanto materiales como ideales- para establecer un verdadero balance en este primer intento sistemático a nivel nacional de “llevar el arte a la industria”? La revisión de estas y otras interrogantes aportará elementos para repensar el aporte de Figari a cien años de su gran aventura pedagógica.
Pablo Thiago Rocca
Director del Museo Figari
Agradecimientos:
Asociación de Amigos del Museo Figari, Centro Cultural y Museo Doctor Pedro Figari de la UTU, Fundación Vaz Ferreira-Raimondi, Museo Municipal Juan Manuel Blanes, Museo Histórico Nacional, Museo Nacional de Artes Visuales, Museo Etnográfico de Buenos Aires, Museo Jardín Botánico Prof. Atilio Lombardo, Ramón Cuadra, Familia Mazzey.