Destacados
Pedro Figari llevó a cabo una numerosa serie de cartones bajo el título de “escenas antiguas” o “escenas rosistas” (por el gobernador de Buenos Aires del siglo XIX, Juan Manuel de Rosas) en la que cabe integrar a este baile de salón. Aquí despliega una impresionante y lujosa paleta entorno a una anécdota humorística. La dama de vestido verdeagua al centro de la composición deja caer su hombro para negarle al señor, con ese simple ademán despreciativo, el baile que éste le solicita. Se deduce por tanto que la excusa -título de la pintura- es la que le mujer le propina al único hombre presente, y la que todas las demás señoras, separadas en dos grupos, comentan.
Pedro Figari
La excusa
Óleo sobre cartón
50 x 82 cm
ca. 1922-33
El tiempo de la Colonia está sugerido por un ambiente de salón señorial, la luminaria de velas y, por supuesto, por las mujeres de la alta sociedad ataviadas con altos peinetones de carey y vestidos inflados de enaguas, lo que otorga un exagerado volumen a sus caderas. Se destacan también los abanicos que forman parte del “lenguaje” del baile: según las diferentes posiciones avisan la disponibilidad –o la negativa– para danzar.
Casi escondida, de pie junto al cortinado a rayas azules, se aprecia a la sirvienta negra vestida modestamente, pero muy pulcra, de blanco. Es el único personaje que no lleva un tocado estrafalario (hasta la figura masculina posee un gran jopo ondulante). Figari introduce a este personaje femenino por el que demuestra una simpatía especial: con él quiere enfatizar la ridícula ostentación del resto y sus prejuicios sociales, en tanto todos parecen darle la espalda y “taparla”.
Desde las paredes del fondo, se resaltan dos retratos de época, con personajes femeninos de alcurnia que no se diferencian demasiado de los presentes en el baile… la riqueza de estas familias proviene de generaciones pasadas, no se la han ganado por mérito propio.
A través de esta pintura Figari parece señalar, con fina ironía, que tanto lujo y ceremonia, remarcados con los intensos colores y las poses poco naturales, sólo pueden incomodar las relaciones humanas.
Textos: Paola Puentes y Pablo Thiago Rocca