Destacados
Procesión del encuentro
Apertura: 22 de marzo
Cierre: 8 de junio
Con motivo de Semana Santa el Museo Figari dedicó un sector de la sala para la exposición "Procesión del encuentro. Un estudio de caso" con pinturas de Pedro Figari y fotografías de Rodrigo López.
En abril de 1919 Pedro Figari viajó con su familia a la cercana localidad de Pando para presenciar La procesión del encuentro, ceremonia religiosa que a la sazón se realizaba al alba del domingo de Pascua. Figari se estableció un día antes para asistir a los pormenores del ritual cristiano: la misa, la espera de los grupos, el encuentro entre las dos “imágenes” del Cristo y la Virgen, la entrada en el templo.
A Figari, pensador afiliado a la corriente evolucionista, le interesaba, más que la religiosidad, el costado sociológico y estético del asunto. Con los apuntes de aquella visita de 1919, Figari pintó años después una serie de hermosos cartones. En esta exposición se exhiben tres obras de esa serie pertenecientes al acervo del museo. Algunos aspectos de la procesión han variado desde entonces (el horario, el recorrido) o se han incorporado nuevos detalles, pero como todo rito verdadero su esencia repite cíclica una historia fuera de la historia.
"Y llegaba en esos días la Semana Santa, del año 1919.
Alguien dijo a mi padre, que en el pueblo de Pando, ¡tan cercano a Montevideo y esa fue la primera noticia!, un cura español venía desde años atrás, realizando el Domingo de Pascua, una bellísima Misa tradicional (…) La iglesia iluminada y florida, y sus puertas totalmente abiertas dejando pasar al grupo celeste de los monaguillos, que iban en procesión, detrás de la banda de los músicos. Y en seguida el Cristo llevado en angarillas por cuatro hombres. Cubría la imagen de Cristo un manto rojo de terciopelo. […] A medida que la procesión iba dando la vuelta a la Plaza, todo era expectativa. La Virgen iba a aparecer, pero no se sabía de donde llegaría. Todos los años aparecía desde una calle diferente como que había sido guardada la noche anterior a la ceremonia, siempre en una casa distinta de aquel pueblo. Sí, allá venían cuatro viejecitos vestidos de negro y con sus cabezas bien blancas, trayendo en las angarillas con flores a la Virgen con su manto de terciopelo negro pobremente adornado. Al verla, corrieron las beatas a buscarla. Y al encontrarse con el Cristo, en plena calle, frente a las casas que en aquella mañana parecían flores recién abiertas, rosadas, verdes o crema, todos se arrodillaron silenciosamente. La procesión volvía entonces a la Iglesia, una vez el bellísimo ‘Encuentro’ realizado. […]” Delia Figari de Herrera. Tan fuerte como el sentimiento, Buenos Aires, 1958.
El trabajo del fotógrafo Rodrigo López realizado en la vigilia de Pascua de 2011, tensa estéticamente esas dos variables: lo inmutable de la ceremonia y lo efímero de la circunstancia. Indaga en el ambiente de recogimiento de los fieles, sigue el camino de las figuras de madera policromada y a su forma y con sus propios medios repite la operación contemplativa de Figari. La muestra fotográfica se presenta en el contexto de una investigación de museo –se exhibe junto con obras de Figari- pero también provoca un nuevo hecho estético, con todas las singularidades que implica su medio expresivo.
Rodrigo López (1971) es fotógrafo y diseñador gráfico. Como diseñador trabajó en la revista Latitud 3035, revista Rumbosur, semanario Voces y revista La Pupila. Estudió fotografía en el Taller Aquelarre. Participó en diversas exposiciones colectivas: Atrio de la IMM, casa de la Cultura de Florida, Embajada de México. En 2009 realiza su primera exposición individual “La Catalina por dentro”. En el año 2011 en el marco de una investigación del Museo Figari se le encarga este relevamiento en la ciudad de Pando.