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Una selección de importantes obras de Pedro Figari se exhibe actualmente en la planta baja del Museo Figari. Se trata de cartones, dibujos y telas ejecutados por el pintor en Buenos Aires y en París entre 1922 y 1933 que pasaron a integrar, por diferentes vías -adquisición y donación- los fondos del Estado
Obras como Bailongo, Día de Trilla, En la estancia y Grito de Asencio constituyen obras maestras concebidas en la década de mayor esplendor creativo del artista. Con esta exposición se repasan algunas de las series más conocidas, como los candombes, las danzas criollas, los bailes de salón y las escenas de campo.
La elección curatorial está orientada a un recorrido por las grandes pasiones pictóricas de Figari, de manera que niños y jóvenes puedan también comprender los motivos y los procedimientos del maestro.
Por otra parte, el museo ha incorporado un sector de la sala a la figura de Juan Carlos Figari Castro, hijo y colaborador de Pedro, quien también fuera pintor. Juan Carlos acompañó a su padre en algunos de los más importantes emprendimientos que su progenitor llevó a cabo, como la reforma de la Escuela Nacional de Artes y Oficios (1915-1917)y la aventura pictórica: ambos exponen juntos por primera vez en Buenos Aires en 1921. Pero Juan Carlos muere muy joven en París dejando trunca una carrera artística promisoria. Pedro Figari y la familia Figari Castro bregaron siempre para que Juan Carlos tuviera un lugar en la historia del arte nacional.
Complementan la muestra de los Figari, una valiosa colección de cartas, fotografías, postales y documentos de época que se exhiben en vitrinas, junto con primeras ediciones de los libros publicados por Pedro Figari (Arte, Estética, Ideal, El Arquitecto, Historia Kiria, Dans l'otre monde, La pena de muerte, entre otros) y una vitrina dedicada también a documentar la trayectoria de Juan Carlos Figari.