Histórica donación

A fines del año pasado se efectuó una histórica donación al Museo Figari por parte de los hijos y nietos de Carlos Herrera Mac Lean (Montevideo, 1889-1971), prestigioso arquitecto y crítico de arte, quien fuera el encargado de la catalogación y el reparto de las pinturas de Figari, a su muerte, entre los hijos del pintor.

Además de ser un amigo personal de Pedro Figari, Carlos Herrera Mac Lean fue compañero de facultad y amigo cercano de Juan Carlos Figari Castro, hijo de Pedro y también arquitecto.

Por otra parte, Herrera Mac Lean, fue el primer biógrafo de don Pedro: su obra publicada por la editorial Poseidón en Buenos Aires en 1943, a solo cinco años de la muerte del pintor, constituye una referencia insoslayable del maestro del arte rioplatense, y la primera en dar cuenta no solo de su talento como pintor, sino de sus otras facultades destacadas como filósofo, educador, político y escritor.

Este conocimiento integral de la obra de Figari le permitió elaborar un minucioso trabajo de relevamiento de su pintura y así lograr una distribución equitativa entre los hijos de Figari.

Tal relevamiento se hizo enteramente de forma manuscrita, en cuadernos prolijamente anotados a lápiz y protegidos con gran celo por los hijos y nietos de Herrera. Estos 14 cuadernos que relevan 2414 pinturas (las que conservaba don Pedro) son los que han sido donados, en un gesto digno de encomio, al Estado uruguayo y al Museo Figari en particular. La digitalización de los mismos, ya efectuada, permite su total acceso público.

Cuaderno 1  Cuaderno 2  Cuaderno 3  Cuaderno 4  Cuaderno 5  

Cuaderno 6  Cuaderno 7  Cuaderno 8  Cuaderno 9  Cuaderno 10  

Cuaderno 11  Cuaderno 12  Cuaderno 13  Cuaderno 14

Para conocer mejor la génesis y el contenido de esos cuadernos, reproducimos fragmentos de la nota escrita por Martín Herrera, nieto de Carlos, que presenta los motivos de la donación al estado uruguayo:

“…Me dirijo ante Ustedes a efectos de formalizar mi interés en donar al Museo Figari los ‘cuadernos de Figari’ que fueran creados por mi abuelo, el Arquitecto Carlos Herrera Mac Lean (…)

Luego de la muerte del pintor Pedro Figari, su familia solicitó al Arq. Herrera, que -dada su cercanía con la familia y su amplio conocimiento de la obra del pintor- realice un detallado inventario y creara lotes con el fin de preparar la sucesión y una ecuánime distribución de las obras del pintor entre los seis hermanos.

Adicionalmente, el Arq. Herrera por su propio interés, creó un sistema de códigos para identificar y catalogar las obras en función de amplio conjunto de variables (como tamaño, tema, sub-tema, etc.) y un sistema de identificación que acompañó a la totalidad de las piezas relevadas. El trabajo realizado por el Arq. Herrera consta de 14 cuadernos que cubren las 2.414 obras relevadas que se dividen en tres grupos:

(i) Por un lado están los seis cuadernos principales, donde se registran la totalidad de las obras incluyendo para cada una un código de identificación único, una breve descripción, y un código adicional que sintetiza el tema, el sub-tema y el tamaño.

(ii) Existen además seis cuadernos, uno para cada uno de los hijos, identificados por un círculo de color, el cual también se incluyó al dorso de la obra. Estos cuadernos registran el número único de obra y la identificación adicional de todos los cuadros asignados a cada miembro de la familia.

(iii) Finalmente, existen dos cuadernos adicionales ‘Telas y cuadros’ y ‘Reseña de la obra’ donde se resumen en diferentes cortes las obras relevadas en los seis cuadernos principales (estos, conjuntamente con los reseñados en los puntos (i) y (ii), los “Cuadernos”).

Luego del fallecimiento del Arq. Herrera en 1971, fue mi padre, Carlos Alberto Herrera Sanguinetti quien tomó posesión de los Cuadernos hasta su fallecimiento en octubre de 2018 momento en el cual tomé posesión de los mismos, siendo el único heredero de mi padre.

Entiendo que la mejor forma de preservar el trabajo de mi abuelo -el que fue conservado por mi padre por más de 40 años- es donar los Cuadernos al Museo Figari. Aprecio la posibilidad de que los mismos puedan ser consultados con el fin de investigar y expandir el conocimiento sobre el trabajo del artista, y que encuentren un ‘hogar’ junto al resto de elementos que posee el museo…”